Eh, ¿qué haces aquí sentado?
Oh, vaya..., me has asustado.
Tú sí que me asustas a mí; te encuentro aquí sólo, subido en lo alto del tejado. ¿Se puede saber qué estás haciendo?
Nada, tan solo esperar.
¿Y a qué esperas?
No lo sé; si te soy sincero, no tengo ni idea. Tengo la sensación de que ocurrirá algo; algo bueno. Al fin nos sonreirá la vida, idiota...
¿Y eso lo sabes subiéndote a un tejado?
Algo así.
Cada día estás peor; venga vámonos, están todos esperándonos abajo.
Voy.