Y rodeada de frikinabos, claros inadaptados sociales, infantiloides, aeronáuticos exacerbados y personas que tratan inútilmente de aparentar ser pseudo-normales, tú vas y en un instante de malas decisiones aceptas la proposición claramente indecente y perturbada de escribir un blog conmigo.

Que Dios te guarde porque, de entre todos los sutilmente desequilibrados, tú elegiste al puto loco.



Bienvenida.