Divina Providencia

Eso a mi no me pasa; ¿no? pues a mi tampoco.
Y es que la vida a veces es impredecible y no sabes por el lado por el que se te puede derramar el vaso; y cuando menos te das cuenta... ¡zas! qué mala suerte... el agua te cayó justo en la bragueta... todos pensarán que te has meado encima.
Porque en este mundo no hay un maldito orden, una linea de acción, algo que te asegure que si haces las cosas bien, todo te irá bien; claro que la probabilidad siempre es una cienca... inexacta y absurda pero una ciencia al fin y al cabo. ¿Y qué fue de la providencia? ¿dónde demonios se ha metido? ¿dónde está la voluntad de dios que rige el destino predeterminado de los hombres? Si todo está escrito ¡por qué demonios no lo escriben bien! El mundo a veces es surrealista, te cambia de un momento a otro y lo único que puedes hacer es quedarte con esa cara de idiota que se nos queda a los mortales cuando se cae una montaña de cartas.
¿La providencia? Sí, bueno... mejor fiémonos del hombre del tiempo.