Los No-Muertos

Más de una semana sin posts; ya sé que me habeis echado de menos, pero no os preocupeis porque ya estoy aquí con vosotros de nuevo para ilustraros en esta difícil asignatura que es la vida, mis pequeñas almas descarriadas. Hace una semana exactamente vi una película que se me quedó grabada en el cerebro; se llama "Di que sí", es un film de Jim Carrey en el que el personaje principal, que lleva una aburrida y monótona vida, cambia su forma de responder ante el mundo. Comienza a decir que sí a todo lo que se le presenta, y pronto sus días cambian para hacerle sentir vivo. Algo así me ha pasado a mi; no es que haya dicho que sí a todo como el protagonista de la película, pero digamos que ahora me dejo llevar un poco más.

Hace no mucho, me quedé en el messenger hasta la una y media como ya es normal en mi, que llevo el horario cambiao, y me entraron ganas de leer un ratejo antes de irme a la cama. Al día siguiente me levantaba a las 7 y no era plan de acostarse muy tarde (y eso que ya era la una y media), pero decidí ponerme a leer a pesar de todo. Mi madre, que estaba levantada aún, me dijo que me fuera a la cama, que era mu tarde; dijo que al día siguiente no podría moverme del sueño, y yo respondí (con el mensaje de la película aún en la cabeza), con un "¡anda, que la vida está para vivirla!". Aquella noche me acosté a las 3 de la mañana, y me levanté 4 horas más tarde. Esa mañana caminaba por la casa como un alma en pena, deseando mi muerte por el sueño que tenía, y pensé que era curioso todo lo que me pasaba. Que yo, que había presumido de vivir la vida, a esas horas era el que más se sentía en el otro barrio de todos los que aún respiraban en kilómetros a la redonda.

Desde entonces me he sorprendido a mí mismo en el Vicente Calderón con una bufanda del atleti cuando soy madridista de toda la vida; me he visto en mi mejor versión espiritual en mis clases de relajación y antiestrés; he estado corriendo como un desgraciao las 4 de la tarde en los entrenamientos para el torneo de fútbol en el que estoy apuntado; he urgado en las mentes de la gente en improvisados "botellones" en los que yo era uno de los pocos (y afortunados) sobrios de todos los allí presentes; y lo he dado todo en garitos de mala muerte a ritmo de un machacón e interminable "pumba pumba". Eso junto con alguna que otra buena casualidad de la vida y todo ello aderezado con mi frase favorita de que "la verdad nos hará libres", pos hace que esté más animado estos días.
No es que no quiera escribir, es que apenas tengo tiempo.

Lo cierto es que hoy día me gusta vivir como vivo, sin saber un poco a lo que me apuntaré mañana; me siento mucho mejor ahora entre los No-Muertos (como me denominé aquella mañana), que cuando decidí ser uno de aquellos que viven esperando el más allá.

¿Y tú, cómo quieres vivir?