Lo sé: he mentido; he ocultado.
He predicado medias verdades; dejé la mitad de mis frases sin acabar, y censuré las tuyas con un silencio.
Jugué a ser el dueño del mundo; creí ver más allá de todo, y de todos. Me imaginé moviendo los hilos de unas marionetas rotas, inertes, rendidas ante su titiritero.
Interpreté mi mejor obra; tu obra. En mi piel cobraron vida todos los personajes que se han subido a tu escenario sin telón; ese en el que nunca acaba la escena.
Mi música embriagó tus oídos; nubló tu mente. Te hice danzar al ritmo que marcaban los latidos de mi moribundo corazón, al compás que yo inventé para ti.
Creé un mundo de sueños, en el que yo era el único que seguía despierto.
Sé que quizá nada de lo que hice estuviera bien; que nada fuera lo correcto. Pero ¿eh?, si tú hubieras estado en mi lugar... ¿no habrías hecho lo mismo?