Tú y yo... y tuenti


¿Y nuestro amor? Otra víctima de las redes sociales. Esas que crean tragedias griegas de cualquier inocente pasión veneciana como podría haber sido la nuestra. Que promueven un burdo carnaval donde nadie es capaz de quitarse la careta para mostrar su verdadero rostro. El perfecto museo de la auto-idolatría; un falso podio donde siempre hay un peldaño más alto en que pueda subirse un ego estúpido.
Mis fotos de fin de semana: bienvenidos a la exposición de unos recuerdos adulterados, provocados; todo para que veais que soy igual que podríais ser vosotros; igual que podría ser el resto. Todo para que seais conscientes de que vivo como dicen que debo vivir; que hago lo que dicen que debo hacer; que pienso como dicen que debo pensar. Mi pequeño escaparate para vender mi vida, para comerciar con mi imagen; para dedicar vacíos comentarios a una gente que me importa menos de lo que me importo a mí mismo.
¿Quieres una invitación? Lo siento, ya gasté todas las que podía ofrecer; las plazas del arca están llenas; si no estás dentro, morirás ahogado.

Las redes sociales nunca entendieron que hay cosas que no deberíamos conocer... quizá así tú y yo hubiéramos sido felices... o quizá no.