Miradas a ninguna parte esperando encontrar el camino hacia tus ojos.
Suspiros que se pierden en oídos incapaces de contenerlos.
Silencios.
Mentiras.
Todo cuanto quieres convertir en mentiras.
Y después tú; inmóvil. Mirándome a través de mis barrotes, a través de tí. Dejando que me hunda.
Yo, dejándome hundir; en tí.
Algún día, en algún lugar, en algún momento.
Entonces te contaré.
Algo que no te será necesario escuchar de unos labios mudos.