Tu diente de mentira


Érase una vez que se era, una niña pequeña a la que aún no le habían salido los dientes. Esta niña estaba muy triste, porque veía cómo sus hermanos y sus padres podían comer comida de adultos, y ella tenía que conformarse con purés y sopitas. Un día, cansada de no tener ni un sólo diente, decidió fabricarse uno.


Le quedó perfecto.

Se pasó horas mirándose al espejo contemplando cómo ella misma se había hecho un diente de mentira. Era tan sólo una pequeña bolita de miga de pan, pero le parecía el más real de todos los dientes que podrían existir.
Durante mucho tiempo tuvo su diente de mentira, y poco a poco la niñita fue creciendo, hasta que le salieron los todos dientes de verdad; todos, menos uno. Le faltaba un diente; en su lugar, tenía el diente de mentira que se había fabricado tiempo atrás.
Todas las noches se miraba al espejo, y se fijaba en que ese diente era distinto a los demás, y tenía miedo de que, al no ser como el resto, pudiera caérsele, quedándole en la boca un hueco vacío.

Un día, estaba en el recreo jugando con sus amigos, cuando tropezó, y cayó al suelo.

oh no

Se hizo mucho daño al golpearse en la cara, y corriendo fue al baño a comprobar que su diente siguiera intacto. El diente no se había movido, aún lo conservaba.
A la hora del almuerzo, estaba comiendo garbanzos, cuando mordió uno que parecía estar tan duro como una piedra. "Me he roto el diente" pensó; así que se levantó a toda prisa y fue a mirarse al espejo. El diente seguía en su sitio.
Al día siguiente, amaneció resfriada. Estaba desayunando cuando estornudó tan fuerte, que le pareció que todos sus dientes salían volando de su boca. Una vez más, fue corriendo al baño a mirarse y, el diente, aquel diente que se había fabricado tanto tiempo atrás, no se había movido ni un poquito.
"Quizá no debiera preocuparme tanto por mi diente; quizá no se vaya a caer nunca", pensó.
Durante mucho tiempo simplemente dejó de mirarse al espejo para ver si su diente seguía o no seguía allí; dió por supuesto que no podría perderlo.
Pasó el tiempo, hasta que un día se miró al espejo y vió algo extraño.
Sabes qué fue?

nop

No tenía su diente de miga de pan

oh diosss

En su lugar, había un diente de verdad.
Nunca supo cuándo se le cayó, ni quiera supo si de verdad llegó a caérsele; pero se alegró de no haber pasado todo ese tiempo temiendo por la posibilidad de perderlo.
Así que vivió feliz el resto de su vida y comió solomillos de ternera.

sin cubiertos no?

Con las manos; como se come de verdad.

como dios manda