Raro de cojones

Es curioso cómo hoy en día me siguen rondando miedos y dudas del pasado.

Cuando era más jóven (y mira que sólo tengo 20 años), pensaba que era un chico raro, y que no podría salir con ciertos tipos de chicas porque no era como se suponía que debía ser. Aún hay cosas que me separan del resto del mundo y, aunque me importa una mierda no ser como los demás, he de confesar no poder evitar comerme el tarro por esto, al fijarme en alguien que no parece llevar mi mismo "ritmo de vida".
Para ilustraros en mi persona, os diré que mis desdichadas rarezas radican en que no bebo, entre otras cosas porque no me gusta el sabor del alcohol (no me bebo ni las consumiciones de nochevieja, y mira que lo intenté coño, que las había pagado...); no me quedo hasta las tantas de la mañana de fiesta los fines de semana porque vivo como en una especie de dictadura parental, que me impide llegar más tarde de las 3 y media, cuatro de la mañana; y que no acostumbro a ir a las discotecas porque a mis amigos no les gusta (aunque he de reconocer que me gusta bailar y soy el alma de las fiestas...), y porque al haber nacido varón, el lumbrerasbabosogerente del local me cobra un precio de entrada que, con mi apretada paga semanal y el precio que supone cenar fuera de casa, no puedo pagar (aparte de no poder pagarlo, que me toca un poco los cojones que por llevar minifalda las cosas te salgan gratis por arte de magia, como si el culo de la chica le perteneciera al garito automáticamente).
Por esto y alguna razón más que no debe ser muy importante dado que no la recuerdo, siempre pensé que había chicas que no saldrían con alguien como yo o, que si lo hacían, acabarían dejándome a los dos días cual colilla pisoteada en la acera.

Tiendo a creer que quizá pudiera caerla bien en un principio, para más tarde verla salir corriendo como alma que lleva el demonio intentando a toda costa alejarse del que a primera vista parecía "un chico simpático", y resultó ser el mayor pringao de su barrio. ¿Y si me juego los cuartos quedando con ella para luego decirla que me tengo que ir a la una de la noche y hacer el ridículo?; ¿quedamos a las diez y me voy a la una para coger el autobús?, por favor sería bochornoso... seguro que pensaría, "¿me haces arreglarme para esto?"... no querría volver a salir conmigo nunca más.

Ella seguramente salga por ahí hasta las tantas con sus amigos, vaya a discotecas por Madrid y vuelva a su casa a las 6 de la mañana a dormir la mona con un par de copazos en el cuerpo.
¿Y si yo tengo 20 años por qué no hago eso, joder? Después de todo, la verdad es que hacerlo o no hacerlo me da un poco igual; pienso que todo lleva su ritmo, y me dedico un poco a lo que me apetece en cada momento, pero no sé, no sé. Quizá ella espere otra cosa; o quizá a ella le guste yo pero sea como "insuficiente"... que sea un buen tío pero no tenga esa fiesta a la que estaba acostumbrada; quizá llegar a su casa a la una le parezca deprimente...
No puedo evitar pensar todo esto, aunque a lo mejor simplemente el problema esté en mí por darle vueltas al tarro cuando se trata de una gilipollez, y el error consista en "cortarme las alas" de alguna forma con ello... o tal vez puede que mis miedos sean en verdad algo a tener en cuenta...

Y aquí me teneis; un sábado en el blog soltando mierda... a ver si va a ser verdad que soy raro de cojones... joder...