Esperas; sin saber qué.
Te acuestas cada noche con una asfixiante sensación de vacío que te impide dormir, que te mantiene en vela con los ojos abiertos en la oscuridad, como si en cualquier momento fuera a ocurrir aquello que tanto tiempo llevas aguardando. Sientes como si esto no fuera lo único que debiera suceder; como si hubiera algo que aún no alcanzases a tocar.
Te mantienes despierto, espectante; pero no sucede. Los días pasan y tu tiempo se escapa. Crees que vives para algo, sabes que vives para algo; pero ignoras para qué.
Quizá así pases las noches delante de esta pantalla; quizá te busques a tí mismo aquí, entre mis letras.
Yo ya lo he vivido; yo sé lo que buscaba, lo que estaba esperando.
Quizá en tu próximo sueño, 37 segundos después, lo encuentres tú.